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El Oporto no es sólo un vino. Pero sí, hay mucho oporto en Oporto. Y más cosas. Oporto es una excusa perfecta para un fin de semana o unos días a orilla del Duero. Cruza sus seis puentes, pasea por un centro histórico de primera categoría o toma una copita de vino en la Ribera… Es complicado que un plan salga mal en Oporto.
Puentes, vino y encanto de otros tiempos, así es Oporto
El Duero lleva casi tanto vino como agua. Por lo menos cuando pasa por Porto. Lo verás cuando te despiertes en tu apartamento céntrico de Porto y bajes a ver una de sus famosas bodegas, que en realidad no están en Porto sino en Vila Nova de Gaia. Cruza de regreso uno de sus enormes puentes, pasea por el barrio antiguo y llena tu tripa con tripas (por algo se les llama tripeiros a sus habitantes).
Y es que Oporto es un lugar perfecto para acercarse al Mercado de Bolhao y comprar (y charlar). Así, tendrás la energía que hace falta para recorrer sus calles y barrios emblemáticos.
Las tripas son hoy en día uno de los platos que hay que probar si se visita la ciudad (en otra época fueron las sobras). Pero tendrás que hacer de tripas corazón para dejar Oporto. Y es que Porto es vino, bodegas y el Duero.
Oporto es una de aquellas ciudades en las que cambiar de barrio es cambiar de época. De la plaza de la Libertad a Rua Santa Catarina, el centro de Oporto es ideal para de sentar tu base y descubrir zonas imperdibles de la ciudad como la Ribeira, Foz o la vecina Vila Nova de Gaia.
Oporto no es Lisboa. Pero hay rivalidad entre las dos, claro está. La suerte para el visitante: que las dos existen y las dos se pueden visitar. Porto sí te dejarán una cosa clara: en ningún sitio tendrás más vino de Oporto que en Porto. Ni la ribera del Duero, ni la Casa de Música, ni sus seis puentes o Batalha y Barredo. Amantes del vino, bienvenidos. Amantes de lo demás, bienvenidos también.
El agua del Duero no es tan dulce como algunos de los vinos de Oporto, pero sí es el río el que te servirá de orientación mientras visitas la ciudad. Una vez dispongas de tu alojamiento en Batalha, Barredo o en el mismo Cais do Ribeira, el Palacio de Bolsa, el Puente de Luis I… ¡Hora de atracar, estás en el puerto más famoso de Portugal!
Porto es puerto, río y tripeiros (no olvides probar las tradicionales tripas). Porto es la afición de sus equipos de fútbol y los seis puentes que cruzan el Duero.
Oporto es la Catedral de la Sé, la estación de San Bento y el Palacio de Bolsa. Porto es el barrio de Cais do Ribeira y la música limpia de su Casa do Musica. Pero Porto es también un paseo junto al río. De vuelta de las bodegas o de los Jardines del Palacio de Cristal, necesitarás un poco de relax.
Imprescindible es también una visita a la vecina de enfrente: Vila Nova de Gaia, llena de bodegas de oporto. Y lo son también una buena comida en la Ribeira o una visita de rigor a la Catedral de la Sé o a la Torre de los Clérigos.
No eres un barco, pero sí te encontrarás en un puerto (de ahí, o porto, el nombre de la ciudad). Porto te espera con un casco histórico en el que su catedral o la iglesia de los Clérigos te transportarán al pasado. Para barcas y agua, un crucero por el Duero en Porto te dará la idea de cómo las aguas transportan otro tipo de caldos, éstas ya guardadas en barriles.
¿Cansado de andar? Descansa un rato y prepárate para otro paseo por Cais da Ribeira, donde el mar no es mar sino río. Un poco de música en su casa da música (dicen que se escucha como en pocos lugares) y a disfrutar de la buena y asequible comida portuguesa.
Oporto ofrece acción para amantes de la tradición y de la modernidad, un mercado de toda la vida, su funicular y el muelle de la Ribeira. Porto es música en la Casa da Musica y su famoso Palacio da Bolsa. ¡No te aburrirás!