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Ponte tus lederhosen, levántate de la silla y alza la jarra al aire. El Oktoberfest es uno de los momentos míticos para visitar Múnich, pero la ciudad es más que cerveza y trajes tradicionales. Múnich es una ciudad capital sin llegar a serlo, un lugar de negocio, arte y buena vida. Del recuerdo de las Olimpiadas a las glorias del todopoderoso Bayern, el espíritu bávaro vive en las preciosas calles del centro de Múnich.
El espíritu bávaro vive en las preciosas calles del centro de Múnich.
Múnich, Baviera: una ciudad a la que la guerra trató mal pero que conserva su encanto monumental entre el dinero y los negocios. No se pueden dejar de visitar el centro, las galerías de arte, pinacotecas y parques de Múnich… Eso sí, de entre sus jardines, los dedicados a beber cerveza son tal vez su Top.
Una ciudad limpia, ordenada y en la que la cerveza es sagrada. La ley de la pureza marca los cánones y dice cómo hay que producirla… pero no sólo eso: la cerveza tiene más reglas, como pedirla por lo menos en en jarras de medio litro (o de litro), pero eso mejor que lo descubras cuando pises uno de sus biergartens.
Salchichas, cerveza de trigo, pretzels… la comida no es lo único, pero sí es un imprescindible si decides visitar las tierras de los bávaros....
Levantarse y recorrer a pie las calles de un centro histórico de los que te dejan con la boca abierta. Pasar una hora intentando descubrir todos los secretos de Marienplatz y el Glockenspiel antes de comprar un refrigerio en el Viktualienmarkt. Ver cómo se cruzan los caminos en un Jardín Inglés que parece no acabar y pasear entre su antiguo ayuntamiento y el nuevo. Por la tarde, una visita al biergarten y a practicar el levantamiento de peso.
Múnich no se termina en un día, y es que la energía de su gente, lo frenético de sus negocios y el poderío de sus clubes y estadios impresiona. Lo que sí es seguro es que hay varios momentos durante el año en los que Múnich es otra cosa…
Múnich en verano: cuando muchos locales se lo pasan en grande por la Mallorca más alemana, Múnich disfruta de sus parques y zonas verdes como nunca.
Múnich es el centro de una tierra de castillos. ¿Es Múnich todo lo que se necesita si se viaja a Múnich? ¿Hay vida más allá? ¡Pues sí! Baviera guarda castillos, naturaleza y algún que otro secreto).
Rothenburg ob der Tauber: dicen que es el pueblo más alemán de Alemania. Lo que está claro es que es un pueblo medieval de los que te dan ganas de montar a caballo y sacar la espada...
Cuando caminas por el centro de Múnich te parecerá que no estás en una ciudad. O por lo menos no en una ciudad de este siglo. Y es que la Marienplatz y sus alrededores son clásicos, monumentales y carne de selfie…
Está claro que para dormir cerca de las principales joyas de la ciudad, Alstadt debe estar en tu punto de mira (prepara también el bolsillo, los alojamientos no son baratos). Pero, como es de esperar en una ciudad como Múnich, el transporte público es eficiente y puedes tenerlo en cuenta a la hora de elegir barrio para tu visita.
Cerca de la estación principal, Ludwigsvorstadt es una de las zonas más prácticas para alojarse. A tiro de piedra de los clásicos del Oktoberfest, estarás cerca sin estar en pleno meollo.
Si te llama la fiesta bávara y la noche es tu amiga, Schwabing, Naxvorstadt, Gärtnerplatzviertel y Glockenbachviertel son perfectas bases de operaciones. Familias y amigos de la calma, en Haidhausen y Lehel estaréis relajados y de lo más cómodos.