8.073 apartamentos en Varsovia. ¡Resérvalo antes que nadie!
Apartamentos y casas vacacionales desde 33€/noche
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Ver oferta »
Varsovia no es Roma ni Barcelona ni París. Varsovia evoca tiempos grises, una historia dura y unos inviernos fríos, de los que asustan. Pero Varsovia es una ciudad viva, donde su centro histórico se llena de calma y donde la cultura nos recuerda que se trata de la ciudad del mismísimo Chopin. Varsovia es una ciudad con mucho por descubrir.
Las calles de Varsovia hablan de Polański, Kieślowski y Wajda… todo con sabor a pierogi
Levantarse y deambular por el centro antiguo de la ciudad. Pensar que ese centro dejó de existir con la guerra, y que vuelve a vivir. Recorrer la ciudad hasta el -muy distinto- barrio de Praga y recuperar energía con un smalec o unas salchichas (kielbasa)...
Si hay un plato típico para todo el que se acerque a Polonia, está claro que son los pierogi. No es una empanada argentina, no es un ravioli italiano, pero los recuerda a los dos. Con carne con setas, o incluso los dulces, son uno de los imprescindibles si pasas por Varsovia.
Comida eslava con toques franceses, húngaros, alemanes o turcos… así es la gastronomía que encontrarás en las calles y tiendas de Varsovia. ¿Y de postres? ¡Una tarta de queso o manzana no pueden faltar!
No habrás visto tantas postales de Varsovia como de París, pero Varsovia es una ciudad con iconos tan imponentes como su Palacio de Cultura o el Castillo Real. La huella del comunismo se siente todavía.
Varsovia es refugiarse del calor del verano en su las fuentes del Parque Multimedia o tomarse unos deliciosos pierogi en el restaurante junto a tu apartamento de alquiler. Varsovia es recordar su historia reciente en el Museo del Levantamiento y un vodka (o dos) después de comer.
Despertarse en Varsovia es despertar en una ciudad llena de historia. Recorrer su casco antiguo es sentir que hace unos años quedó totalmente en ruinas y que ha vuelto a vivir. Viajar al pasado y al presente, para sentirte pequeño frente al Palacio de Cultura y para cocinar unos pierogi como un polaco más.
Como toda gran ciudad, Varsovia guarda historias y secretos de todo tipo. Sangrientos, románticos o simplemente curiosos, hay datos sobre Varsovia que sorprenden una y otra vez. Antes de ir, ¿qué mejor que saber un poco más sobre la capital polaca?
La sirena: no es la de Copenhague, pero su escultura recuerda la leyenda de una sirena que, se dice, habitaba el río Vístula.
Primera biblioteca pública del mundo: un hito que dice mucho del movimiento cultural de la ciudad.
La nueva capital: y es que Cracovia fue la capital de Polonia has 1918.
Un símbolo superviviente: tras la Guerra Fría se habló de derribar el Palacio de la Ciencia y la Cultura por su simbolismo.
Varsovia significa conocer lo desconocido, olvidarse de lo típico y atreverse con un país y una ciudad tan duros como fascinantes.
Si los dados han dicho Varsovia, la colección de actividades que te espera es de lo más variopinta. Historia, arte, parques, deporte… ¡saca la agenda!
Revivir historias de cine: las calles de Varsovia hablan de Polański, Kieślowski y Wajda.
Golazo del Legia: si te gusta el fútbol, el Legia es el clásico de la ciudad.
A ritmo de piano: las calles de Varsovia son las del gran Chopin.
Un pasado que pesa: el Museo de la Historia de los Judíos dice mucho de la dura realidad que vivió la ciudad.
El icono: que no te falte la foto frente al Palacio de la Cultura y la Ciencia, la postal más famosa de Varsovia.
Vida en la plaza: pasear por el centro de Varsovia es sentir la vida de sus plazas.