Apartamentos en Santa Pola, el pueblo que no olvida su esencia
Suele pensarse que los destinos playeros ofrecen siempre lo mismo pero Santa Pola es uno de los más genuinos ejemplos de que esta afirmación no podría ser más inexacta. La localidad alicantina ha logrado conservar el ambiente propio de una pequeña ciudad (apenas rebasa los 30.000 habitantes) mientras incorporaba todo tipo de alicientes para los visitantes. En este sentido, los apartamentos vacaciones en Santa Pola destacan por su calidad y su proximidad respecto a los principales puntos de interés del municipio.
Lo que puedes visitar con el alquiler de apartamentos en Santa Pola
La mejor forma de conocer cualquier pueblo es descubrir su historia, por lo que el Castillo-Fortaleza es la visita imprescindible, incluyendo el centro cultural que encierra en su interior. Las torres de vigilancia, impasibles guardianes de la costa alicantina, son otro icono del municipio, particularmente la del Tamarit, levantada casi literalmente sobre el mar. Y es que, tras un completo descanso en nuestro alojamiento en Santa Pola, que puede reservarse tanto en primera línea de playa como en el casco antiguo, nada mejor que recorrer los monumentos más vinculados al mar.El Faro, algo más alejado del centro de la ciudad, sería el destino final de una agradable excursión por el litoral del Cabo de Santa Pola. Y para evocar el pasado más remoto de la población, el yacimiento portuario del Portus Illicitanus nos recuerda que los romanos tampoco escaparon al encanto de esta tierra (pese a no contar con los acogedores apartamentos en Santa Pola actuales). Una visita un tanto diferente pero igualmente enriquecedora es la que ofrecen los aljibes del Massapà, seis antiguos puntos de suministro de agua que han quedado como puntos de referencia en cualquier itinerario por los alrededores de la localidad.
La naturaleza más accesible desde tu alojamiento en Santa Pola
Si el legado patrimonial llena muchas horas de actividades, el marco natural no se queda precisamente atrás. Las Salinas constituyen el espacio protegido más importante de la población, en su condición de humedal frecuentado por numerosas aves (flamencos y cigüeñas, mayormente). Lógicamente, el alquiler de temporada en Santa Pola no es comprensible sin acudir a contemplar al menos una vez la imponente panorámica de la costa desde la sierra del Cabo de Santa Pola. Y para desconectar absolutamente de todo, nada mejor que una jornada en la cercana isla de Tabarca, conectada con varias líneas de ferry.