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Córdoba es andaluza, muy andaluza. Y una mañana de primavera en Córdoba empieza siempre con olor a flores, con un Festival de Patios que es todo un espectáculo. Flores o no, cualquier excusa es buena para visitar una de las ciudades andaluzas con más historia. Bienvenidos al sur y bienvenidos a una ciudad donde la huella árabe caló hondo y donde los doctores recetan salmorejo.
Como buena ciudad andaluza, Córdoba es también vino fino, flamenco y semana santa
Córdoba es pan con aceite. Córdoba son aceitunas, salmorejo y olor a jara en el campo. Córdoba es la historia de su Mezquita, el calor sofocante de sus veranos y el enorme río Guadalquivir. Córdoba son cordobeses, cordobesas y flores en los balcones.
Córdoba es entrar en su Mezquita y pasear por el Alcázar. Córdoba es su festival de patios y el sabor de flamenquines y aceitunas. Córdoba es simpatía, colores y el río Guadalquivir. Córdoba es sur, Andalucía y una ciudad imprescindible si viajas por España.
Jardines, naranjos, las flores de sus patios… Córdoba vive bajo el sol y entre flores y jardines. Un clima que obliga a la siesta en verano la hace también agradable y soleada durante el resto del año. Te impregnarás de sabor a Andalucía, gazpacho y geranios.
Hagas lo que hagas y comas lo que comas, en verano, cuando el sol aprieta, hay que buscar refugio de interior (y descubrir la siesta).
¿Viajas a Andalucía? Apunta Córdoba en mayúsculas. Córdoba son patios llenos de flores y el encanto árabe de su mezquita. Córdoba sabe a gazpacho y a flamenquines. Córdoba es la calleja de las flores, la Judería y la Medina Azahara. Y como buena ciudad andaluza, Córdoba es también vino fino, flamenco y semana santa.
Córdoba es una ciudad espectacular, calurosa en verano, agradable en primavera e imprescindible todo el año. Córdoba vive cerca del campo y es que salir de sus calles es entrar en tierras de olivos, donde la aceituna es su reina. Ya sea dándote un garbeo por su provincia o disfrutando de una buena tostada con aceite en la misma ciudad, Córdoba sabe a trabajo, a campo y a naturaleza.
De la Judería a la Mezquita y del Alcázar a la Medina Azahar, entre olivos y naranjos, Córdoba es cien por cien andaluza, muy del sur y, ante todo, cordobesa.
Córdoba es la historia de su tierra. Córdoba son patios de flores que impresionan, sabor a tomate y a aceite del bueno. Córdoba son sus cordobeses y sus cordobesas, y un paseo por el Alcázar. La Mezquita, el Guadalquivir y el Alcázar son siempre buenas referencias si estas en la ciudad.
Pero Córdoba no se entiende sin el campo que la rodea. Aceitunas, naranjos, llanos y cerros son el complemento de una ciudad simpática y acogedora.
Levantarse temprano para evitar los calores del mediodía; pasear por la Judería y maravillarse dentro y fuera de la Mezquita; refugiarse del sol en las calles estrechas, descansar y descubrir por qué existe la siesta…
Córdoba enseña, impresiona y vive bajo el clima andaluz. Visitar Córdoba es visitar una de las grandes de Andalucía. Pasear por las calles estrellas de su Judería y por el callejón de las flores es un placer. Por su lado, los jardines del Alcázar, el Jardín Botánico y las macetas de patios y balcones dejan claro que no existe Córdoba sin los colores de la primavera.
¿Viajas a Córdoba? En verano hace mucho calor (calor de freír un huevo sobre el asfalto). Consejos: agua y sombra, que no falten.